Te diría tantas cosas, que es mejor no decirte nada.
Te diría, abrazame.
Te lo digo cada vez que te miro.
Te diría, no me sueltes.
Mi mano sólo se siente segura junto a la tuya.
Te diría, no espero nada.
Nada más que tus besos.

Tantas cosas te diría, que es mejor no decirte nada.

YO ya dije demasiado.

Te voy a escupir, una palabra
como látigo, humeante, sonora

Las tengo, son mías

En realidad siempre están ahí, dando vueltas sólo que no quieren,
no quieren ser pronunciadas.

La hoja, el papel, la tinta.
De tu mano si, de tu boca no.

Puedo construir, deshacer. Puedo ser, puedo estar y viajar entre, cabe, con, ellas...
Las veo, las huelo, nadan en mis comisuras y ahí se ahogan. MUDAS

No tengo voz, QUIERO GRITAR
Desde el fondo, quiere salir. Empuja.
No tengo voz, ESCUCHAME
Gritar y decirte LO todo.

Inundarte los oídos, hipnotizarte.


Seducir tu atención, controlar tu mirada
manejar tus latidos...
QUIERO GRITAR
Tengo cosas para decir,
todos las tenemos.

Encontrar mi voz, darle libertad.
Eso quiero, GRITAR

.

¿Te diste cuenta lo rápido que pasa el tiempo?

No te voy a esperar.

La vida, tampoco.

Ya no queda nada de ese yo que fui,
ya no soy yo.

Todo lo que había en mí,
todos esos pequeños yo,
murieron.

Se los llevó un nuevo yo,
un yo que es un mí,
ahora.
Sí, ya soy yo.

Sabré de mí,
así,
siendo yo.

Soy otra.

Una hoja sobre la mesa.
En el tintero dejé mis ropas.
Sólo quiero vestirme con tu abrazo
y dibujar colores por doquier.

Aprendí a pintar tu silueta,
sobre la arena
aunque la marea se la lleve
después.

No tengo prisa,
soy una brisa
fresca de estación.

Volver a verlos, aunque no me vean. Todos ahí, como siempre, tan iguales. Parezco invisible. Hay luces y humo. Gente, voces, sillas, mesas. Te veo, me ves. Y empieza a sonar. Melodías conocidas, algunas. Nuevos ritmos, nuevas letras. Máscaras. Entre el público me pierdo, sólo soy una más. Tan distinta. Ellos allá, nosotros acá y sulmenage ahí.
Afuera, la oscuridad completa el paisaje. Tras la puerta, un nuevo espacio se construye. El esenario destila luz. Cada cual habita en su individualidad. Un instante. El show comienza, los colores sacuden tu pequeño mundo y de golpe solo podes estar ahí. Entre ellos, lejos, demasiado lejos de acá. Feliz.

Somos signos de un lenguaje indescifrable. Huellas de un camino ya transitado. Luz y abstracto vacío. Razón mítica de conocimientos materiales, cosificados.
El capital como rizoma, expandiendóse en líneas de fuga disonantes. Construir el objeto, destruir la mirada. Aristas no investigadas y una lista de preguntas inmóviles. Arrancar el árbol raíz, objetivar al sujeto. Producirlo. Me separo de mi producción y no tengo nombre. Tensión. Contradicción. Generalizada represión y una matríz de pensamiento uniforme. Sin salida.

Mi mano sola, se aferra al mundo.

Seguime,

seguime la corriente.
















La corriente corre ya.

Energía que no podés controlar.
No querés.
No querés más.

Más de mí.

La música hace latir los cuerpos.
Cierra los ojos, escucha el ritmo.
La piel se contrae, los músculos se liberan.
Movimiento.

Y en lo más profundo, algo se estremece.

Sirena en un océano de notas.
Notas de agua, encienden un sendero de escalofríos.

Y no hay momento más sublime
que dejarme caer en tus brazos.

De vuelo en vuelo sin tocar el suelo

Por la ventana veo los instantes correr y detenerse, en mis ojos. Anidar entre mi pelo, sobre mi boca. No nos queda ya más tiempo. O quizás demasiado... Hacia adelante. El vacío, la totalidad, el instante. Llevame de la mano hasta el sol. Acariciemos las nubes desde el pasto, junto a la tierra. Mostrame cómo usar un encendedor. Enseñame a cocinar el arroz, a destapar un vino, a ver crecer una flor... No sé estacionar, ni usar paragüas. Soy adicta a las estrellas y soñar es mi pulsión. Quiero dar la vuelta al día en ochenta mundos. Y que alguién tenga ese valor, de viajar conmigo, de llevarme al sol...
Sin historias, ni realidades. No hay boleto de avión. Sólo instantes...

con instantes hasta el sol.

Entre la noche, bajo la luna, sobre la almohada. Veo el mar.
Un mar AZUL que me envuelve en sus olas de lo imposible.
Monótono sueño de tenerte...
Y saber que no es verdad. Al despertar, tanta ausencia alrededor.
Irremplazable.
Otros no, jamás. Tiemblo al futuro y entonces,
me alojo irracionalmente en la esperanza,
de un mañana,
frente a tus ojos.

Dueña de tu azul del mar.

Sino

Tu corte, no.
Tu porte, no.
Tu ritmo, no.
Tu orden, no.
Tu historia, no.
Tu corte, tu porte, tu ritmo, tu orden, tu historia, no.
No a mi debilidad.
No a mi tentación.
No a mi espera.
No a mi perdón.
No a mi sí. No a vos, así.

Solo sí, rizomáticamente.

Ni a la esquina.

¿Hasta cuándo va a seguir esta ridícula guerra? Donde los que pelean son grandes gigantes que defienden sus propios intereses y no los nuestros, los mios, los tuyos. No quiero escuchar más a las voces alzarse defendiendo banderas que en realidad no tienen ningún color. No es nuestra guerra la que estamos peleando. Atrás, donde nadie lo ve, todo sigue igual. Y cuando termine, vamos a volver a perder, todos. Nosotros. Los que siempre perdimos, los que siempre perdemos. Ni de un lado, ni del otro. Yo me ubico en el medio. Entre ustedes, pero frente a ellos. Y así, levanto mi bandera, la nuestra, la única.

Mis, cosas de todos los días

El ruido de los motores, de las ruedas presionando el asfalto, la tarde y el sol que se va. Caminamos juntos, en equilibrio. Las palabras saben como enredarse, entre la risa y nuestra juventud, tan efímera. Ella genera una exclamación de ruptura, de quiebre. Él la mira y no entiende. Se preocupa y quiere saber qué le pasa, le pregunta, pero en ese segundo ella empieza a reír. A carcajadas, guturales, espasmódicas, de pómulos rosados y ojos brillantes. ¿Qué te pasa? Verde; bajo la zapatilla, alrededor, consistente y esponjoso.

Caminas despreocupada, el viento roza tus mejillas, el sol ilumina tu pelo, tus pasos tienen ritmo, tu cuerpo es canción y de golpe zaplum, blam, plaff. Un scratch golpeó tu hombro. No mires, no querés ver. Hay cosas que son mejor no verlas, aunque sepas que están ahí. Bueno, está bien, solo un poquito. Espía. Y sí, era evidente, te dije que no era una buena idea. No te pongas así, no es nada grave. Todo tiene solución. ¿Hace falta que te lo diga? ¿Es necesario? Bien, te cagó una paloma.

¿Para qué seguir negándolo? Ya está, lo asumo.
Tengo una relación con la mierda, profunda, consistente y esponjosa.

En el fondo, un vacío de colores.

Hay azul por todos lados y en ningún lugar. Lágrimas golpean, empujan. No pueden salir, ya ni saben cómo. Pluralidad de presencias rondando, dispuestas a enredar cada momento. Cuando había orden, estalla. Estallas ante mi ausencia de vos. No creo, no puedo, no espero, no más. NO DEBO. Y sin embargo, de vez en cuando, volvemos a ese lugar.

Sé que parezco frágil. Vulnerable. Endeble, débil. Pero no lo soy. Transito diferentes personajes, los recorro, los exploro. Me gustan; los bebo o los dejo. No soy lo que ves y nunca vas a ver lo que soy. Porque no soy, sino que me dejo ser. Según el momento, según el deseo, según lo que quiero, según como juego. ¿Te conté alguna vez que me encanta jugar? Tanto, que a veces me pierdo entre ellos, los que no son yo, los que me esperan para ser y cuando eso pasa, me rompo. Como en un caer de cristales que se astillan, se deshacen en miles de mínimos pedazos, cada uno de los cuales duele más. El viento sopla y se los lleva. Entre la brisa, las partes se atraen, reconociéndose. Y así, me vuelvo a formar, tan rápido como me rompí. Porque no soy frágil, ni vulnerable, ni débil o endeble, más bien, todo lo contrario.

Comobichobolita




En la oscuridad, resuenan tus pasos.
Suspensión
El eco de tu voz.
Suspensión
Huele tu olor por acá, ahora.

Sin embargo, a pesar de todo.
No estás y quizás nunca estuviste.
De todas formas, igualmente.
Yo te espero.
Cada noche, cada día.
Hundida entre recuerdos,
vagos pedazos de mi memoria tan imaginativa.

No hay otra cosa en mí, más que el halo de tu piel.












Y en ese ir y venir nada tiene sentido...
Suspensión
¿Quién prentende que lo tenga?
Saber que existis y que, por momentos...

No sé si las cosas pasan o sólo yo las sueño

Los hombres de mi vida

Tienen, guardan, esconden,
todo.
Saben, conocen, descubren,
siempre.
Besos, caricias, abrazos,
sobran.




No duelen,
no dudan,
no temen.




Me ven,
me escuchan,
me sienten.




Porque supo tener toda mi existencia en sus manos.

Porque sentir que lo perdia cambió mi vida.








No pueden,
haga lo que haga,
pase lo que pase,
ellos
NUNCA,
van a dejar de amarme.

¿Por qué me siento así?

No puedo no mirar atrás, no llenarme de nostalgia cada vez que las luces giran. Querer, sentir, desear, ya no sé cómo, mirar, hablar. Cosas dichas, cosas hechas; que no van a cambiar, que no se pueden ir.
Olvidé los abrazos, los besos en un cajón. Y se tapan de pequeñas matas de polvo, de telarañas frías, robustas, opacas, que los enroscan, los sofocan, los aprietan, y así se quedan, quietos, inmóviles, guardados, escondidos, olvidados.
Debo haber sido brisa, si, leve... NADA, no soy nada. Una extraña en un rincón, que se desconoce y corre, lejos. Ahora, llora rocío que oxida la piel, de tanta sal, de tanto mar.
No es lo que iba a ser. Pero, ¿y lo que fue?

¿Será que todavía no pude decirte adiós?

Para mi, viajar

De amarillos atardeceres,
de cielo azul;
impecable.
La ruta se estira,
hacia el horizonte.
Se siente elástico,
de antigua enagua,
de muñeca gastada.
Nubes blancas;
como copos de algodón
en la plaza de los niños;
construyen formas,
impresisas,
divagantes.
A veces te veo;
entre los paisajes,
dispuesto a ser parte
de ese mundo
de este sueño.

Nunca me gustó bajar del auto.

The big boy

Inhóspito, imberbe,

oscilante ondulación incontrolable,

de emergente fanatismo

descuidado desprolijo.

Explosivo, asfixiante.

Tan querible, tan querido.

Inocencia inmutable,

dulzura espasmódica,

como verborragia,

epiléptica ternura

a borbotones,

chorrea.

Y su atronadora voz

que irrumpe las manzanas,

cubiertas de caramelo,

de chicle globo.

El mundo le pertenece,

mientras de a poco lo come.














Quizás todavía le quede,
un jardín con madreselvas.

Cirrosis sísmica,
de transitar;
caminos degollados,
andares oblicuos,
perpetuados,
ilícitos.

Noches clandestinas;
desnudas,
imprecisas,
indispensables, inesperadas,
imprevistas.
Próximas a sucumbir.

En la mano,
entre los dedos;
un vaso más.

Que tus ojos se alejen,
cuando ya no sé quién soy.






Y si se quedan...

que me miren;

es también una opción.

Ilusa

Cuando eras distinto,
cuando cantabas.

Globalizado,
fuiste conquistado
por la era del no lugar
del no querer.
Te corrompieron,
te extirparon,
te dominaron,
y te vas camuflando
entre la multitud.
Another brick in the wall.


NO QUIERO


Se está apagando
tu luz...


Lo normal,
jamás va a brillar.
Se pierde en la monotonía
de lo común.

Eras distinto, cantabas.

Irremediable proximidad de nosotros

Verte,

mirada transoceánica,

clara e impactante.

Sentirte;

recorriendo mi corporeidad,

traslucida, momentánea,

diciéndome todo

y aquello que tus palabras ocultan,

también.

Desnuda tu alma me observa,

inquisidora, anhelándonos.

Silencio,

repleto de voces nuestras,

gritos desesperados,

palabras que no pudieron ser dichas,

todavía,

pujan,

las pupilas dilatadas de amor,

amor suspendido, inconcluso.

Ir y venir,

ir y venir continuamente.

BASTA

quiero ir y quedarme,

quedarme con vos.

Amiga etérea

Baila, baila,

acordeón de gasa.

Envuelve la luna

entre tus vuelos,

que verte es como viajar

un viaje de fuego

Terciopelo musical:

y sonríe desprotegida.

Tu luz es sol,

que transcurre inequívoca,

impostergada.

Baila, baila

que las agujas del reloj

seguirán su rumbo.

Una es una.

Mas yo creo

que siempre seremos dos.

Ella escribe poemas de madrugada
y espera,
alargada entre ritmos y calor,
que llegue y no en sueños esta vez,
ese beso que no supo ser.
Quiere,
que dure,
lo que tenga que durar.
Que sea,
libre y sin problemas,
hasta raro un poco quizás.
Que sea,
flor, hormiga y viento,
una aguja en un pajar.
Ella no busca nada que no pueda encontrar.
Ni pide, ni exige, ni reclama,
solo intenta disfrutar,
un juego
que esos dos labios,
no quisieron empezar.

Yo y mis mensajes de texto

¿Qué escribo cuando escribo lo que me gusta escribir? Escribo palabras, que van y vienen, que son mias y de todos también. Te escribo para contarte que me pasa hoy o que me pasó ayer, para saber cómo estas o cómo te fue. Te escribo para que me escribas también.
Busco, selecciono, elijo, decido, leo y releo. Pienso, resumo, destaco, abrevio y envio. Espero, me impaciento, me olvido. A veces es más fácil, a veces más difícil. Hay quienes entienden, comparten; como están también aquellos que desconocen, se niegan.
Yo lo intento: te aviso, te informo, te cuento, te pregunto. Yo me comunico con vos y vos, en algún momento, te comunicas conmigo.