
¿Hasta cuándo va a seguir esta ridícula guerra? Donde los que pelean son grandes gigantes que defienden sus propios intereses y no los nuestros, los mios, los tuyos. No quiero escuchar más a las voces alzarse defendiendo banderas que en realidad no tienen ningún color. No es nuestra guerra la que estamos peleando. Atrás, donde nadie lo ve, todo sigue igual. Y cuando termine, vamos a volver a perder, todos. Nosotros. Los que siempre perdimos, los que siempre perdemos. Ni de un lado, ni del otro. Yo me ubico en el medio. Entre ustedes, pero frente a ellos. Y así, levanto mi bandera, la nuestra, la única.
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