
Ella escribe poemas de madrugada
y espera,
alargada entre ritmos y calor,
que llegue y no en sueños esta vez,
ese beso que no supo ser.
Quiere,
que dure,
lo que tenga que durar.
Que sea,
libre y sin problemas,
hasta raro un poco quizás.
Que sea,
flor, hormiga y viento,
una aguja en un pajar.
Ella no busca nada que no pueda encontrar.
Ni pide, ni exige, ni reclama,
solo intenta disfrutar,
un juego
que esos dos labios,
no quisieron empezar.
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